Me despierto después de un sueño, uno de esos que parecen reales.
Sueño que tengo en mis manos la carta con el resultado de la comisión. En letras negritas nos indican que somos aptos. Me extraño porque la carta está en español y así se lo comento a marido.
Estamos reunidos familia y amigos. Mi amiga L., me acerca una nena preciosa, un bomboncito.
-Aquí tienes a tu hija, se llama Alba.
Alguien comenta, que ese no es nombre para una niña negra. A mi me da igual, es mi hija y ese es su nombre.
-Aquí tienes a tu hija, se llama Alba.
Alguien comenta, que ese no es nombre para una niña negra. A mi me da igual, es mi hija y ese es su nombre.
Sábado por la mañana.
Me despierto tranquila. Marido se va a trabajar.
De repente me siento algo inquieta. Tengo varios planes en el aire, una sola idea en la cabeza.
Me despierto tranquila. Marido se va a trabajar.
De repente me siento algo inquieta. Tengo varios planes en el aire, una sola idea en la cabeza.
Llamo a marido "ven a buscarme y salimos". Mientras llega, me acerco al buzón.
Et voilà!
Me tiemblan las manos. Marido tarda. Por fin, le veo aparecer. Le muestro la carta y aparca nervioso.
Ya en la primera hoja, nos felicitan por nuestra decisión y aceptan nuestra solicitud. Aptos. No hay letra en negrita y obviamente, viene en francés.
Pero, tan solo nos dan el visto bueno para adoptar un niño.
Marido sonríe y me abraza. Yo, como siempre, lloro.
Celebro una gran victoria y un pequeño fracaso.
Un poquito más lejos de la familia numerosa, un pasito más cerca de ser una familia.
Fin de semana de celebraciones.
Seguiré informando.